Autenticidad y arraigo conviven en esta vivienda de techos altos de madera y un exterior con un patio repleto de vegetación autóctona.
La luz que se cuela por los ventanales bajo un techo de madera con robustas vigas y sobre una base neutra de roble hacen un ambiente sobrio que viene arropado por el cerramiento de protección frente al exterior. Dejar pasar la luz natural al interior de la vivienda pero ofreciendo una protección térmica y acústica al mismo tiempo fue el mayor reto de este maravilloso proyecto.
Todo está organizado para vivir y disfrutar de cada ambiente por separado.
El mobiliario contemporáneo convive armónicamente con la tarima de roble y el techo de robusta madera autóctona. Selectas piezas de mobiliario crean atmósferas conectadas y decorativamente coordinadas.